Las chicharras del jardín de la urbanización están enloquecidas. Chillan como locas con un sonido agudo que en las últimas semanas se ha mantenido constante desde las 6 de la mañana hasta las 6 de la tarde.
Ayer la cosa se calmó un poco porque cayó una lloviznita, El Ávila estaba nubladísimo y prometía chaparrón, pero no, parece que era más smog que otra cosa.
Hoy las chicharras vuelven a ensordecernos, habrá que salir del apartamento para no perder la audición en las frecuencias más agudas. Ellas, con su grito feroz nos contagian su desesperación ante la sequía, es como una exacerbación del canto de nuestro ancestros que pedía que el agua volviera a la tierra para asegurar la fertilidad.
Hoy es el día de la Tierra, día del planeta y de todo lo que hay en él, día de la flora y de la fauna -a la cual pertenecemos-, hoy deberíamos reflexionar en cómo maltratamos a otros habitantes del planeta y por ende en cómo nos maltratamos a nosotros mismos.
Hoy deberíamos acordarnos que no somos externos a la Tierra, que todo lo que hacemos irresponsablemente en contra de ella se revertirá contra nosotros mismos. Para prueba la estridencia del lloriqueo de las chicharras, el calor que no soportamos en Caracas, la nata fea que cubre nuestro Ávila esta mañana... y esa es sólo la muestra local.
Oyendo esta coral de sopranos de la naturaleza me viene a la mente aquella frase bíblica que nos recuerdan el Miércoles de Ceniza: "Polvo eres y en polvo te convertirás", hoy desde autoktonus quiero enfatizar en eso, en que somos parte de la tierra y que a ella volveremos.
Hoy a pesar de la polución, de las armas de destrucción masiva, de las guerras que en esencia son absurdas, de la negligencia de los gobiernos y del mercado antiecológico, de la matanza de focas, osos frontinos y cóndores de los Andes, de la quema de los parques nacionales, de la basura regada en las playas y el Amazonas, de la discriminación a las minorías étnicas y religiosas, etc, etc, etc, hoy celebro con autoktonus que aún tengamos Tierra, celebro que aún podamos recuperar, cuidar y acariciar ese delicado soporte que nos mantiene flotando alegremente en el universo, celebro que aún podamos tener un mañana.
22 abril 2007
Coral estridente en el Día de la Tierra
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