Siempre me pareció psicodélico el hecho de que alguien pudiera imaginarse a cuatro tortugas mutantes, ninja y con nombres de artistas del Renacimiento para divertir a los más pequeños.
Hoy no aguanté la curiosidad y me fui con mi hermano al estreno de la nueva película en 3D de las Tortugas Ninja, ya que a Helge no le gustó mucho la idea de acompañarme a verla -dijo que le parecía aburridísimo-.
La cuestión es que mi hermano y yo, perro caliente y refresco en mano, nos metimos en la sala con ese montón de muchachitos que se morían por ver las aventuras tridimensionales de estos guerreros verdes.
Durante la hora y media de proyección recordé como mi hermano, cuando era un niño, deliraba con las aventuras animadas en 2D que transmitía creo que Televen hace unos años.
Al terminar la función y luego de haber podido divisar a los cuatro muñecos a tamaño real tomándose fotos con los niñitos, concluí que la película me pareció divertidísima, es decir no es una joya del séptimo arte, pero cumple su función de divertir a los chamos y a esos padres que, como Helge, no se mueren por ver una película de muñequitos psicodélicos pero tienen que acompañarlos al cine.
Ver a Abril, al viejo Splinter, y a los famosos Rafael, Donatello, Leonardo y Miguel Ángel relajará a todo aquel que quiera escapar un rato de la dura realidad venezolana.
31 marzo 2007
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario