Ayer fui a la panadería con Helge y cuando íbamos a pagar en la caja me llamó la atención la portada del diario El Nuevo País, tenía una hermosa pereza acostada con los brazos extendidos en una carretera, mirando con sus ojos nostálgicos directamente a la cámara. La nota decía que los animales silvestres de Él Ávila se están mudando debido al calor y los incendios forestales. Pensé en las causas, luego directo a las consecuencias, la más inmediata y tonta es por supuesto que muchos animales van a morir atropellados o calcinados en las carreteras en su intento de buscar nuevos refugios.
Pero ¿cuáles serán esos nuevos refugios? Creo que a lo largo de la capital no tenemos precisamente muchos lugares donde pueden ubicarse, y los que hay están muy lejos para poder ser alcanzados por su lento y desesperado peregrinar.
La segunda consecuencia que no puedo sacar de mi cabeza es la escasez de fauna en mi amado cerro, y lo que más me molesta es que la culpa es nuestr,a por no cuidar, por no estar atentos a lo que pasa con nuestros espacios verdes, por perder conciencia con respecto a que de allí viene el aire que todos, sin diferencia de clases, colores y estatus, necesitamos para vivir.
Hoy, cuando actualizaba mi blog en To2Blogs.com y pensando en la foto de El Nuevo País, me topé con un post de Noticias 24 que muestra un trabajo hermosísimo de un artista italiano llamado Guido Daniele. Tomé, para ilustrar este mensaje, unas de las fotos del trabajo de este señor que se dedica a la ilustración, el muralismo, el body painting, vale la pena disfrutar la larga visita por su página web. Él ha hecho campañas muy importantes para distintas marcas alrededor del mundo, entre ellas una para Animal Planet con estas manos ataviadas como bellos especímenes de nuestra fauna mundial. Al dar mi paseíto por la página, me imaginé en mi propia utopía a cada uno de los seres humanos llevando un animal y una planta tatuados con mucho dolor en el corazón. ¡Qué distinto sería todo!
1 comentario:
que bello!
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