Los juegos de la guerra

Me muero por ver Postales de Leningrado. Sí, yo que soy bastante crítica del cine nacional ya que no entiendo por qué la reiteratividad en querer mostrar con crudeza todo lo oscuro y lo feo de nuestro país.
La verdad es que aunque Postales de Leningrado no se aleja de ese loop histórico que me aburre, lo que me interesa y me mueve a ir al cine a verla con mucha emoción, es que la película fue hecha por Mariana Rondón y la gente de Sudaca Films.
¿Aja, y entonces? Lo que pasa es que Sudaca casi me garantiza que la narrativa de la película seguramente es tan vanguardista que va a enamorarme, tanto como lo hizo la autora junto a Marité Ugas, con aquella obra mágica llamada A la Media Noche y Media (vale decir que fue su ópera prima) que me hizo creer nuevamente que todavía existe gente inteligente escribiendo y dándole forma a la creación audiovisual en Venezuela. (Así como en los tiempos de universidad en los que uno paría buenas historias y hacía excelentes producciones con cuatro lochas de por medio).
Postales de Leningrado que fue escrita por Mariana y producida por Marité está basada en las vivencia de los hijos de los ex guerrilleros venezolanos. Versa acerca de un grupo de niños que, mediante la experiencia lúdica, recrean las vidas de sus padres sin dejar de lado esa parte oscura que es imposible desligar de esas historias. Mientras juegan, esperan el regreso de sus progenitores tras su trabajo en la montaña.
La película incluye animaciones, intervenciones plásticas y la participación de actores, entre los cuales se encuentran hijos de algunos ex guerrilleros y reclusos de una cárcel de régimen especial en Mérida, en la cual se filmó parte de la historia.
Les dejo el trailer. Y me guardo mi emoción hasta que pueda saborear la historia con mi respectivo refresco y hot dog, porque las cotufas jamás me han quitado el sueño.