Recuerdo durante un encuentro en su camerino y tras una presentación en el Teatro Teresa Carreño, que me dijo que era una mujer hermosa. Sus ojos me parecieron transparentes, descubridores de todo el poder comunicativo que llevaba por dentro, de un alma noble, tranquila y muy serena. Todo mientras me firmaba una fotografía, la cual conservo como un tesoro ("Para Monica con corazón", dice).
Recuerdo las palabras que pude cruzar con él, durante una conversación -pautada como entrevista- una mañana previa, en las que planteó su filosofía de vida. Pude captar a alguien de pensamiento profundo, a alguien que convirtió la tragedia en comedia y que tuvo el poder de hacer reír a tantos.
Recuerdo también cómo pude ver en una presentación en la Ríos Reyna, como la pintura caía de sus ojos cuando movía su rostro arrugado por el paso de los años para expresar tristeza, alegría, crítica, una crítica enorme a los tiempos modernos. Sentí que era la última vez que lo vería, lloré cuando su show terminó. Así se lo dije a mi madre "creo que fue una despedida".
Hoy que se fue, el mundo extrañará su parlante silencio, ese silencio en el cual las palabras articuladas siempre sobraron. Y se nos fue Marceau... Merci! Au revoir!
23 septiembre 2007
El silencio en silencio
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1 comentario:
Monica, yo creci viendo a Marceau en la tele, mi mama siempre me lo mostraba, y de verdad admire siempre su capacidada de expresar los sentimientos sin palabras. No tuve la suerte de verlo en escena, lo triste es que aqui en francia no se hablo mucho de el..tienen menos sensibilidad aqui me parece..Gabriela Gruber
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