"¡Me voy a la playa, no me importa nada! ¡Me voy a la playa, mientras tu trabajas!", así dice una canción de Circo Urbano, un grupo divertido de fusión que refleja mucho de lo que somos los venezolanos en tiempos de fiesta.
Hoy Helge y yo partimos hacia las costas aragüeñas, pero nada del ruidoso y alegre Choroní, sólo la divina y silente ruta del cacao, desde Chuao hasta Chuao, pasando por Chuao... el pueblo de mi vida.
Disfrutaremos de la Navidad a la venezolana. Mientras los amigos de Helge están congelándose en Alemania, rodeados de pinos con nieve, nosotros viviremos el sol, la arena, el cacao, el silencio de la bahía y la sonrisa de los pescadores que sinceramente no tienen igual.
Lo mejor del asunto es que no tendremos que ver cocoteros con lucecitas de colores, sino que esta Navidad será toda natural, la montaña, la cascada, el río y la plaza de Chuao, todo perfecto, estaré con mi Helge y a falta de luna llena disfrutaremos de la menguante...
18 diciembre 2006
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