30 enero 2007

Andes: la ruta fugaz

Estuve unos días desaparecida del mundo virtual. La razón fue un viaje fugaz que mi novio y yo emprendimos hacia Los Andes durante este fin de semana. El destino nos llevó en autobús, con mochila y sin sleeping bags por la siguiente ruta: Caracas-San Antonio del Táchira-Cúcuta-San Antonio del Táchira-San Cristóbal-Mérida-Caracas. Lo mejor del asunto es que lo hicimos en sólo tres días... ¡hasta a mí me cuesta creerlo!
En fin, lo más sabroso del asunto fue disfrutar de esos verdores, de esa frescura y de ese aire medio-puro que todavía puede respirarse por aquellos lares. El contacto con las montañas, la fauna silvestre y la gente más bella de Sudamérica de verdad que es insuperable. El viaje, corto tanto en tiempo como en presupuesto, tuvo su cumbre en Mérida, donde Helge tomó esta foto que ilustra mi nota. En próximos post echaré el cuento de nuestros amores con la naturaleza más alta de Venezuela, el paso a pie por la frontera y la experiencia de encontrarse en nuevas ciudades desnudas ante nuestros ojos. Todavía tenemos sueño y el cansancio pegado a la piel, pero sinceramente esa es la forma en la que me encanta moverme por este universo, improvisado, con poco equipaje y con las ganas a millón de disfrutar de la sencillez de cada uno de esos detalles que se presentan ante cada uno de mis sentidos.

24 enero 2007

La vida en venta

¡Confieso que me dio demasiada risa! Lo que más me gusta del asunto es ese toque de locura que todos poseemos, ya que debe venir incrustado en alguna parte del genoma humano. Nicael Holt es un chico australiano que puso a la venta su propio estilo de vida. La oferta incluye desde sus amigos, hasta las potenciales relaciones amorosas que pueda tener, unos 300 CD, su ropa y sus raquetas de tenis, entre otras cosas. El comprador también disfrutará de beneficios como recibir más regalos en navidad, escribir un horóscopo en una revista y tener un trabajo nuevo en el mes de marzo... ¡toda una ganga pues!
Estuve pensando al respecto y llegué a la conclusión de que mi vida no tiene precio. No podría vender mi relación con mi familia, con mis amigos y muchísimo menos con Helge, ni mi colección de CD, mi sazón en la cocina, mis estudios, mi experiencia, mis pensamientos...
Sin embargo ¡Bravo por Nicael y su comprador! debe ser bien difícil desprenderse de la identidad propia y más difícil aún pagar por poseer la identidad ajena.

En honor a Baco

No hay nada que disfrute más, gastronómicamente hablando, que de una copa de vino en compañía perfecta. O de un chorro de vino al cocinar las carnes para la cena. Mi querido novio por supuesto, no toma vino sino cerveza por puras razones culturales... Pero yo, me confieso una enamorada de este elixir de uvas y me emocioné muchísimo cuando mi amiga Marta Elena me comentó que estaba organizando -con su empresa Botuto Diseños y proyectos Especiales- un curso de "Iniciación al mundo del Vino" dirigido a todas aquellas almas que disfrutan de una buena copa de exquisito caldo frutal. El encuentro en honor de Baco será durante tres sábados, contados desde el 27 de este mes, en el horario más conveniente: de diez de la mañana a doce del mediodía, o de cinco de la tarde a siete de la noche. El curso será dictado por una maravillosa experta en el tema, Gisa Colasante, quien pondrá a oler, acariciar y saborear distintos caldos a todo aquel que quiera participar. La info extra está completamente disponible en el blog de Martica.
Yo tengo que viajar este fin de semana, y siento mucho perderme la primera clase, pero a la segunda iré campante y feliz para entender y comprender más sobre esta maravilla gastronómica que me ha acompañado por igual en los momentos más trascendentales de mi existencia.

20 enero 2007

¿Sapiens?

Es obvio que el clima está loco y es obvio también que es por culpa de la única especie que daña el planeta: el Homo sapiens. En ocasiones me pregunto si somos dignos de llevar ese "sapiens" como apellido. Un filósofo diría que en tanto el mono se irguió para preguntarse "¿Quién soy?" nos hicimos acreedores de ese título nobiliario.
Tsunamis, inviernos crudos, inundaciones, sequías candentes... ello y mucho más es consecuencia de los cacareados abusos que cometemos contra el planeta. Cuando era una niña ya escuchaba a mi madre hablar del agujero en la capa de ozono, así que me sorprende un poco que de unos años para acá sea que en los medios se le esté dando un poco más de importancia al asunto. El reciente huracán Kyrill que dejó una treintena de muertos en Europa, la nevada en California y el desbordamiento del río Pilcomayo en Argentina son sólo algunas consecuencias de nuestro mal comportamiento. Ni hablar de las especies vegetales y animales en riesgo de extinción... particularmente moriría de tristeza si no pudiera ver más a aves como la que posó cómodamente en esta foto, un día de diciembre cuando iba llegando en peñero a Puerto Colombia en Choroní.

15 enero 2007

Donde hubo café, perros calientes quedan

Me alegré muchísimo cuando leí en El Universal que entre ciento cuarenta y siete manifestaciones del Municipio Chacao que fueron declaradas bienes culturales de la región, estaba nuestro querido Filippo, acompañante de noches de pre-rumba y múltiples after office.
Y es que habitante de esta urbe que nunca haya comido en el puestico de Filippo Acosta no puede preciarse de llamarse caraqueño.
Con cuarenta años vendiendo perros calientes sencillitos en la avenida San Juan Bosco frente a la Plaza Francia en Altamira, Filippo y su propuesta son más venezolanos que nada. De origen italiano, prepara su conocida bala gastronómica de raíces anglosajonas, acompañándola con jugo de piña, exótica fruta proveniente de Brasil. Y es que así somos los venezolanos, un cúmulo de tradiciones de distintas latitudes, sintetizadas en un tono relamente propio.
De esta manera Filippo continúa noche a noche, hasta las 11:00 nada más, combinando pan, salchichas y salsa para saciar a todo aquel que pare a degustar su suculento manjar. Y es que ahora, donde antes hubo café, montones de perros calientes quedan...

14 enero 2007

365 grados de bondad

Tres semanas de vacaciones tras cuatro años y medio sin ellas, justifican mi extendida ausencia del universo bloggero. Vuelvo oficialmente a estas lides deseando a mis amigos, colegas y a todo ser viviente en este mundo y en otros, que este año que estrenamos esté lleno de bondades para todos, para sus allegados y su entorno.
Esta imagen que capturé mientras desayunaba una mañana durante mis fresquísimas vacaciones en Chuao, explica por sí misma lo que deseo para todos durante estos 365 días que nos esperan: alegría, color, sencillez, tesón, esfuerzo, calidez, todo en un círculo que no acepta imperfecciones. Prometo que, desde este y mis otros espacios de acción diaria, estaré trabajando minuto a minuto para hacer de este mundo una estancia mejor, para seguir asombrándome con los secretos de las distintas culturas, participando en el intercambio, en la conjugación de distintas costumbres para crear otras nuevas... para seguir descubriendo esta hermosa y exótica tierra que a fin de cuentas es una sola.

Sin caparazón

Abrí los ojos, me desperecé, bebí café y salí a la calle... Encontré una ciudad sin ruidos molestos, sin el tráfico cotidiano, limpia, verde, como la Caracas de mis ancestros, con los capachos floreados y muy al fondo entre el conversar de la gente se escucha la bulla de los azulejos, de los arrendajos, de los torditos, de los canarios de tejado. Caminé sin temor, segura, sin encontrar dolores en las aceras, sin ver mendigos hambrientos, ni niños sucios con ropas ruídas. La incipiente felicidad me hizo continuar la búsqueda de un periódico que confirmara esta novedad urbana que se presentaba ante mis ojos y que no vivía personalmente desde hace una década en la capital. Pero por más que andé, mi búsqueda se hizo infructuosa. Entretanto escuché un susurro suave a mi oído con acento germano: "...Mónica, Mónica...". Abrí los ojos, me desperecé, bebí café y salí a la calle... ¡Vaya sueño, vaya hermosa utopía!