30 agosto 2008

Turqueando







Parece mentira todo el tiempo que ha pasado desde la última vez que escribí. Max está bello, súper grande e inquieto, así que nos mantiene ocupados cada segundo del día y de la noche. Uno queda súper cansado pero la gratificación de verlo existir es indescriptible.
Dentro de una semana tengo que reintegrarme a la oficina y espero poder volver con todo a escribir en autoktonus, de verdad que me hace mucha falta.
Si bien la llegada de Max a nuestras vidas es una buena razón para haberme mantenido alejada de estas páginas virtuales durante tanto tiempo, debo decir que también contribuyó a mi ausencia el hecho de que de tres computadoras que tenemos, hay dañadas dos, así que Helge y yo tuvimos que compartir una PC durante todo este tiempo solucionando cosas del trabajo de ambos, del resto sólo me he conectado para revisar correos y darme una vueltica por Facebook (al cual sucumbí y del cual les daré mi opinión después -que me perdone Carlos!-).
Entre todas las cosas, les cuento que para distraerme en los raticos que Max me deja libre me puse a vender camisas... por supuesto unas que son muy autoktonus, muy coloridas con diseños étnicos y amplias para dejar circular la energía como dicen los asiáticos.
Aquí les dejo una muestra, las fotos no reflejan lo lindas que son (sorry pero no soy fotógrafa de productos jeje) pero pueden ver más o menos el estilo y la variedad que hay. Son unisex, talla única y tienen un precio de 95 bolívares de los que mentan "fuertes". Si saben de alguien que quiera por fa que me dejen un mensajito para contactarnos. Besos a todos, vuelvo pronto por aquí. (Lo prometo!)

3 comentarios:

charlesstone25 dijo...

Que bueno que retomes este blog. Ya hacía falta un nuevo post... arriba los blogs, abajo facesh...book!

un abrazo,
stone25

Carilisve dijo...

¡Hola!
Bienvenida de vuelta.
Yo también ando de descanso.
Las camisas están bellas, pero no van con mi estilo.
Un beso.

Carilisve dijo...

¡Hola!
Estoy de regreso después de superada la crisis tecnológica.
¿Como está el chamo?
¿Vendiste las camisas?
Un beso